domingo, 22 de marzo de 2020

Julio en la ventana. El oscilador suena. El gato duerme.

No siempre se escribe de quien puede ser un favorito, pero hoy tengo la fortuna.
La música que ofrece Polanco es, en lo personal, de lo más cautivador que me ha tocado escuchar de este temprano 2020. Conocí esta música hace a penas unos meses a través de la grabación La eternidad del proceso análogo, instancia que funcionó tanto como el lanzamiento de Música para filodendros del mismo Polanco, y como workshop sobre los procesos creativos, a grandes rasgos, en relación a la grabación en cinta (de lo cual esta nueva entrega también es partícipe). Resulta que de Polanco he disfrutado como pocos.

Setup a luz natural de Polanco, fotografía por Daniel Puelma


Julio en la ventana. El oscilador suena. El gato duerme. son 45' de música para sintentizadores, donde la astucia en el uso reducido e insistente de materiales (a través del método loop) se hace notar. Lo primero que pienso al escuchar esto, como músico, es en la limitación natural que ofrece la cinta al proveer canales limitados, y cómo se piensan las músicas en relación a esta limitación. Y es la limitación en el sentido de un espacio acotado, y, de nuevo, reducido, de lo que hace gala esta entrega, a mi parecer. Como hacedor de música drone puedo identificar que esta música se vale de la idea, dada la ausencia de un andar rítmico identificable así como al que estamos acostumbrados en otras músicas, tomando como ejemplo evidente la música pop. Este fenómeno es identificable desde el momento primero, donde el choque de pulsaciones en registro grave y en una poliritmia (que me es difícil de identificar por el timbre) me obliga a escuchar sin pulsación eje, sin un núcleo rítmico. Lo segundo que me remonta a la idea drone es una característica asociada (no necesaria, pero muy asociada): Desarrollo tímbrico/textural muy lento. Muy, muy lento. No sé qué expresión se utiliza para designar que pueden suceder eventos que, al no prestarse atención, suceden desapercibidos, algo como "el que pestañea pierde" pero aplicado a la escucha, y eso es muy aplicable a esta música. La aparición de elementos y sus desarrollos son sumamente cuidados, de un crecimiento paso a paso casi imperceptible, eso le entrega dinamismo a lo que se suele entender como una pieza estática o vertical, en la música drone. Se aplica este concepto dado que una música que "no cambia" se ofrece como un momento extendido en el tiempo, algo así como una fotografía musical, o escultura de sonido, como alguna vez leí.



Lo que me resulta impresionante, una vez ya iniciada la música, es poder crear un discurso que suele ser a veces difícil de sostener como el de música drone, pero sin embargo poder otorgarle prestancia para poder no sólo ser escuchado de esta manera, es decir, una música que no obliga. La primera vez que escuché este disco, de hecho, fue mientras hacía otras tareas y luego me relajaba... Escucha ambient. La segunda vez fue una escucha muy atenta.Y de ahí en adelante alterno, me dejo sorprender. Desde la escucha atenta me veo tentado a escuchar como escucho música drone o música minimalista, como ya dije antes: prestando atención a las partes que se mantienen en el tiempo, y prestando atención a los elementos que cambian. Lo mejor de todo es que también hay espacio para escuchas por comparación a músicas más habituales, y aquí debo remarcar que intento ser cuidadoso al hacer comparaciones dado que no conozco mucho sobre música de sintetizadores... Me arriesgo a decir que la tercer parte de la música me recuerda a algunas músicas que he escuchado de Thom Yorke. Muy amable pero sin dejar el ingenio. Lo otro que también me remite a una escucha más ligada al mundo de la música popular es la estructura: ABA (reduciendo mucho todo lo que sucede, claramente), que es una estructura a la que estamos bastante acostumbrados en la escucha, muy popular.

Setup a luz artifical de Polanco, fotografía por Daniel Puelma


Volviéndome sobre lo anteriormente dicho, y también cuestionándome yo la razón (o no razón) de reseñar, es que espero no haber hecho un spoiler, sino aportar en hacer palabra algunos pensamientos que son muy posibles a través de la música (o con la música, o para la música, etc.). Sobretodo en este tipo de músicas, que en lo personal yo disfruto mucho y de lo cual siempre me llevo pensamientos (y sensaciones) a otras músicas, incluso a otras instancias de tipo no musical. Estas músicas son potencialmente más cercanas de lo que parecen, y es ese el valor que intento hacer ver de mi experiencia a través de esta nueva entrega de Polanco: la versatilidad de poder habitar esa música, incluso siendo en primera instancia una música que desafía, como lo son los drones.

Gracias Polanco por la entrega, espero poder compartir contigo, sobretodo escenario.

                                                                                                                                                     -Josef

domingo, 15 de marzo de 2020

Espacio para una voz: Sesión Bushidō n°15 - Un día

Portada de Sesión Bushidō n° 15 - Un día, por Daniel Puelma


Algo que me llama la atención de las conversaciones acerca de músicas es la ausencia de ciertos elementos que, a mí parecer, son eje de la experiencia para algunos oyentes, donde en este caso me incluyo. Me llama la atención que, para mí, hay elementos que significan de manera tan presente y tan real las músicas, pero a la hora de verbalizar las experiencias estos queden guardados, más bien escondidos, o a penas en entredichos, incluso algunas veces en un notable desprecio una vez mencionados. Hoy no me puedo detener a no hablar sobre la dimensión virtual a nivel de espacio-cuerpo que sucede como significación en relación a la música (¿por tanto musical? muy probablemente) porque es esta dimensión la que experiencié y me toca experienciar cuando escucho Un día, y es esta experiencia la que significa, para mí, esta nueva entrega de sesiones Bushidō.


Parte del setup de Un día, fotografía por Daniel Puelma


Esta nueva entrega con 5 canciones estreno de la banda Un día me parece, por lo bajo, especial. ¿Qué flores hay en tu jardín?, AguamarinaVenganzaResplandor Shibari son las canciones que componen este lanzamiento. Aguamarina, Resplandor, y ¿Qué flores hay en tu jardín? forman parte del EP ¿Qué flores hay en tu jardín?, y junto con Shibari ya anunciaban su existencia en forma de demos. Pero en esta entrega nos encontramos con algunas modificaciones desde su presentación primera. Uno de los primeros cambios es la formación para esta sesión: Daniel Puelma en bajo y guitarra eléctrica, Javier Bravo en guitarra eléctrica, teclado y voz, Sebastián Mancilla en guitarra eléctrica y omnichord, Diego Nuñez en guitarra eléctrica y omnichord y Felipe Flores en batería/percusión electrónica y pistas. Las canciones nos entregan un abanico de lo que se predicó en los materiales lanzados anteriormente: guitarras arpegiadas, progresiones muy constantes o repetitivas en el tiempo, finales abiertos... A su vez, las canciones me remiten a una sensación de ternura y oscuridad, algo que también me venía pasando con Un día. Pero la mayoría de las canciones (tres de ellas) tienen alta presencia de voz, algo que me parece inusual para la banda. Y una de ellas, Shibari, me parece, sin tapujos, concebida como una canción, que es algo que en otras músicas que me evoca Un día no suele aparecer tan directamente. Es el hecho de que estas canciones vean su entrega de manera compilada lo que me da a entender que ya la voz viene a instalarse.


Un día, fotografía por Natalia Catalán


La voz viene a instalarse... Qué es lo especial de todo esto. Hay un elemento de la performance toda que me roba la atención, en un buen sentido, y es la sensación de que hay cosas que se están probando. Y no es sólo la voz, sino que la voz viene a representar este elemento de "estar probando". Lo siento a través de las guitarras, de la batería, a través de los cuerpos y sus movimientos y principalmente a través de la voz. Esta sensación del "estar probando" me recuerda a muchas situaciones musicales, y me trae recuerdos de estar probando en conjunto. Con amigxs. De que, antes de hacer música, y de traer a la conciencia la multiplicidad de consideraciones que hay que tener para lograr algún objetivo concreto a través de esto, estás con lxs amigxs, probando. Aunque, sin embargo, esto sucede a través de la música. ¿Por tanto, esta o esa experiencia, es musical? Por tanto, esa experiencia, es musical. Por tanto, esta experiencia, también lo es. Y, por tanto, esta sesión me abrió hacia un espacio virtual, donde estoy yo, de nuevo, probando cosas, donde mi voz interna encuentra un lugar. Me encantaría extenderme en por qué Un día es una banda que maneja de manera muy particular la instancia musical en relación a los espacios virtuales, porque sin (mi) duda se construye un espacio para habitar la escucha de Un día, donde la banda toma partido, más allá de lo particular que sucede conmigo, en este caso. Para quienes seguimos la banda en facebook, tenemos las pistas en frente. Pero no me extenderé, y guardaré estas reflexiones para otra entrada.

Así que nos vemos más adelante, Un día.


                                                                                                                                                      -Josef