Hoy tengo el agrado y fortuna de presentar un nuevo formato para esta plataforma, a través de un debut que, a mí parecer, merece atención. Migliz Mena es una artista que tuve la suerte de conocer hace un tiempo, en el contexto de la gira "Bruma del Sur" de Principiante, acá en Chile el verano del 2019, cuando pasaba por la quinta región y a quien tuve la fortuna de acompañar, también, en algunas de sus presentaciones. En una fecha memorable en el centro artístico y espitirual Dharma en Concón, es que conocí y escuché a Migliz. Creo que todxs lxs presentes nos volvimos fan inmediatos. Para mí, fue un Momento, así con m mayúscula. Dejando las flores de lado, Migliz nos presenta su álbum debut homónimo solista, el cual me sorprende por su austeridad instrumental y profundidad emocional. Voz, ukelele, grabaciones de campo, reverb, y letras sobre experiencias íntimas, algunas directo al mentón. Toda esta experiencia me motivó a realizar una entrevista a esta prometedora artista que hoy da un primer (gran) paso.
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Proceso de grabación en Estudio Budō, fotografía por @sakurapostales |
- Para comenzar, cuéntanos un poco de tu experiencia en la
música y cómo es que llegaste a tomar la decisión de grabar un álbum
La única forma que se me ocurre de hablar de mi experiencia
con la música es compararla con la parapsicología, así de absurdo puede ser,
pero la puedo resumir en una serie de eventos extraños o fenómenos sugestivos
que se han cultivado en mi cerebro desde que tengo memoria y tal cual como lo
vemos desarrollado en un thriller estuve batallando con ella y sus apariciones
fantasmagóricas a lo largo de mi vida. Nací y crecí en una familia artística y
fui estimulada de esa forma desde muy temprana edad pero por alguna razón todo
lo referente a la música para mi siempre fue un conflicto. Mi primera canción
la compuse a los 6 años y desde ese momento no he parado de generar melodías
casi involuntariamente, sin embargo la primera vez que compuse una canción y se
la mostré a alguien fue a los 17 pues como explicaba el hecho de que viniera
esta música a mi de forma espontánea hacia que automáticamente me tapara los
ojos (u oídos) e hiciera cualquier esfuerzo para que desapareciera.
Hoy en la madurez solo puedo hacer suposiciones sobre esto y
como seguramente era una manifestación de mi inseguridad. Lo pude dominar ya
siendo adulta y estudiándola de forma técnica digamos que perdió parte de lo que
la hacía espeluznante para mi cuando era más chica pero hasta hoy sigue siendo una constante ese
escalofrío cada vez que se presenta ante mi algún desarrollo creativo musical.
Después de algún tiempo conocí a personas que se alineaban a
algunas de mi preferencias musicales y comencé a participar en varios proyectos
donde me fui descubriendo realmente como músico pero de alguna manera seguía
renegando de mi voz, de hecho el proyecto donde me he mantenido activa por más
tiempo hasta la fecha era instrumental [Días de Septiembre]
Cuando emigré a este país lo hice por supuesto pensando en
continuar en la medida de lo posible en caminos musicales pero antes de hacerlo
había una lista larguísima de prioridades y eso sumado a que no conocía a
absolutamente nadie acá mucho menos a nadie que hiciera música estuve en
silencio por muchos años y muy lentamente fueron apareciendo algunas cosas.
Propuestas, colaboraciones, etc. Pero a excepción de un par de ellas ninguna
caló realmente en mi vida contemporánea así que seguí dejándolo pasar hasta que
finalmente a mediados del 2016 comencé por primera vez a componer y almacenar
canciones con la conciencia de quizás grabarlas y difundirlas en alguna
oportunidad.
La realización de este disco se la debemos por siempre a
Daniel Puelma de Estudio Budō jajaja estoy segura que si el no se hubiese
empeñado en hacer que grabara todavía no hubiese pasado. Fueron muchos años de
hacerle el quite por una cuestión principalmente de vida de migrante en donde
sin darte cuenta te ves inmerso en un circulo vicioso de actividades que
parecen vitales para tu supervivencia y que no te dejan espacio para nada que
no lleve a recibir alguna remuneración para lograr finalmente vivir como una
persona normal y segundo porque aparecían de nuevo esos fantasmitas en mi cabeza
que me hacían cuestionar la calidad de mi música.
En ese sentido creo que realmente no decidí yo grabar este
grupo de temas si no más bien respiré profundo y me dejé llevar.
- ¿Cómo influenció el proceso de grabación en Estudio Budō en el resultado de tu música?
Pues me parece que habiendo dicho lo anterior queda super
claro que Estudio Budō juega un papel demasiado importante y esencial en lo que
terminó resultando de la grabación de los temas.
Anteriormente había entrado a un estudio a grabar y aunque
fueron experiencias exitosas definitivamente este proceso fue distinto para mi,
siento que la cercanía humana y me atrevería a decir espiritual del equipo de
Estudio Budō hacen que puedas conectarte muy fácil con lo que quieres hacer y
que todo fluya de forma muy orgánica. Estoy infinitamente agradecida, contenta
y satisfecha con el trabajo final y estoy segura de que es así porque siempre
me sentí respaldada por personas talentosas, humildes y comprometidas con el
arte de registrar música.
- Respecto a las canciones, me llama la atención su
estructura y la manera que me sugieren que fueron abordadas, donde el canto y
lo dicho tiene un rol más estructurante que el acompañamiento, siendo este
último "minimalista" en el sentido cotidiano de la palabra. ¿De dónde
viene esta decisión, hubo algún camino sugerido en el proceso de la composición
o fue algo más bien fortuito?
Sí. definitivamente tienen una estructura minimalista con la
que no siempre estuve amigada. Fue parte de esa lucha con el canto y la
herramienta voz dentro de mi recorrido en la música pero al final lo abracé
como representación de que realmente lo simple es lo más complejo y es justo
eso lo que vamos olvidando mientras adquirimos mas experiencia o técnica en la
música entonces es mucho más fácil disfrazar por decirlo de alguna manera las
ideas. Es un arma de doble filo en realidad porque puedes dar con una
trascendencia desde la música hacia la emocionalidad de quien escuche o puedes debilitar
el concepto hasta hacerlo insulso.
En mi opinión el protagonista de estas canciones es su
discurso verbal, creo que desde el comienzo fueron eso. Pequeños ensayos con
acompañamiento.
- ¿Tiene alguna relación con lo sugerente de algunas canciones
con músicas de tradición latinoamericana?
De una forma indirecta sí, es decir, no fue este género el
concepto generador de las piezas registradas pero el folclore de mi país y más
allá el de latinoamérica en general me ha acompañado de forma más cercana que
nunca desde que emigré. No con una forma nostálgica a la que regrese para
sentirme más cerca de donde nací si no más bien porque a pesar de cualquier
disconformidad con mi tierra, social, política y hasta climática jaja siempre
me he sentido muy orgullosa de nuestra música y su peculiaridad sobretodo por
el amplio abanico de géneros que se extiende a lo largo de la tradición musical
venezolana en donde podemos ser maestros en melodías de una complejidad barroca
y por otra parte confeccionar tonadas de hermosura incomparable con muy pocas
notas, entonces el llevar siempre presente esto creo que me da algo más de
confianza al pensar que quizás no es tan descabellado haber tomado el camino de
lo simplista.
- Debo detenerme a preguntar por un comentario que hiciste
con respecto al proceso de hacer un álbum con este contenido, donde "Nunca
antes había escrito canciones como espejo de mi propia personalidad y nunca más
lo volveré a hacer". Me llama atención lo determinado que que significa
decir algo así, ¿qué del proceso te hace sentir y pensar algo como esto, para
llegar a tomar esta decisión? Y en relación a esto último, ¿piensas seguir
creando y mostrando material musical pero no mediante el proceso que dices
nunca volver a hacer?
A pesar de que el 2020 se está ganando el lugar del año más
complicado que le ha tocado vivir a las generaciones contemporáneas, para mi el
2018 y 2019 siguen teniendo el puesto nº 1 en años catastróficos jaja. Atravesé
por muchísimas situaciones que me pusieron al límite de mi vida y que sin
quererlo traspase a la música. La mayoría de estas canciones surgieron casi
psicográficamente mientras estaba en lugares de mucha oscuridad y dolor, las
componía de principio a fin cantándolas y tocándolas mientras las grababa con
mi celular como si ya me las supiera. De hecho nunca las escribí, cosa que fue
una pesadilla para mi a la hora de saber que tenía que reinterpretarlas para
tocar en vivo y posteriormente para grabar el álbum jajaja pero ahí me di
cuenta que no era difícil rescatarlas y pasarlas al papel si no justamente
re-conectarme con esos sentimientos de agobio. Entonces a menos que vuelva a
pasar por circunstancias así (que espero con mi corazón que nunca más) creo que
no sería capaz de pintar mi vulnerabilidad en una obra musical.
Soy comunicadora visual y guionista de profesión así que
contar cuentos no es algo que me sea ajeno, de hecho me siento muy cómoda
imaginando y relatando historias con o sin acompañamiento pero fue hasta hace
muy poco que en el ámbito musical las historias comenzaron a partir de un
sentimiento mío, de un sentimiento real o de una vivencia específica de mi
tiempo presente. Quizás no lo hacía antes porque no me había encontrado nunca
en la necesidad de drenar emociones y pensamientos que tenía atrapados por
medio de la música, esta parte siempre la lograba a través de la corporalidad y
el movimiento en la danza pero nunca con la música.
Desde la grabación de los temas que registramos hasta ahora
han pasado varios meses y me he mantenido en constante creación sin pensar de
forma intencional en que el desarrollo compositivo esta siendo distinto al
anterior pero si hay un salto aparte, es otro mundo, lo que reafirma mi
declaración de que muy probablemente este disco sea un elemento diferenciador
de lo vaya a venir después.
- ¿Hay algo que
esperas en relación a tu álbum? Ya sea en relación a la escucha del público,
algún mensaje que quisiste entregar, o algo que te hayas jugado en el proceso
previo a su lanzamiento, etc.
Siento que desde que comenzó ha sido un proyecto tan
personal que todo lo que traiga es completamente inesperado. Solo confío en que
en esta conexión invisible que tenemos todos los seres vivos habrán
probablemente personas que de alguna manera se vean reflejados en algún
sentimiento que les evoque mi música y si es así y sirve para nos acompañemos
en el tiempo y el espacio ya me doy por complacida.
- ¿Qué piensas de debutar con un proyecto en un momento de
crisis política y sanitaria nacional, donde las formas de distribución de
material artístico quedan mayoritariamente acotadas a las ventanas que ofrecen
las plataformas digitales?
Pienso que ahora más que nunca se hace necesaria la música y
las artes. La expresión artística tiene un poder sanador que trasciende
cualquier creencia o dogma porque su alcance es transversal y puro por eso
precisamente es tan importante. Que las cosas se hayan dado para que mi música
vea la luz en un momento como este me sirve para sentir que estoy aportando a
ese proceso restaurador físico y emocional en el nos encontramos.
Por supuesto que las plataformas digitales son una
herramienta de suma importancia para quienes intentamos hacer vida con nuestro
arte y siendo este minuto lo único que tenemos creo que debemos buscar la
manera de aprovecharlas para poder llegar efectivamente a muchas más personas.
En lo personal estoy bastante atrasada en lo que a temas de difusión digital se
refiere creo que es la parte que menos me gusta cuando pienso en una vida
dedicada a el arte jaja pero me siento tranquila y feliz de tener la orientación
y apoyo de equipos como el de Estudio Budō y Samsara Records.